jueves, 15 de julio de 2021

Otro insomnio

 



Y la noche no tiene un lujo más que mis gatas.

Busco el sueño o la ocupación

la productiva,

la magnífica actividad de los humanos que adoran el sol

y, en esa búsqueda,

me estrangulo en vulgaridades:

 

un locutor,

un adivinador,

alguien que dice las noticias me invaden o lo permito.

Paso a la acción, me abanico,

desde los tobillos y hasta las rodillas

un fuego del invierno arranca a costa de todo sueño o reparación

y en el nulísimo andar de las sábanas

la brevedad de mi cuello no logra sentirse acorde.

 

¿Dónde está mi voz?

¿dónde las palabras que elegía?

¿dónde el deseo de ser?

Algo quedó enterrado entre estas cinco paredes,

algo dejé morir o fue atacado por un batallón de ácaros.

 

¿Dónde podré poner a descansar mi malhumor?

¿Cuándo, por fin, tendré el cuero curtido y seré mansa?

¿Cómo haré para que el silencio no me abrace?

 

Tal vez esta noche pueda dormir o tal vez no.

Un nuevo esfuerzo inquerido se asienta y me desarma.

Soy arena, voy siendo nada.

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