en el cuaderno borrador están mis años
escribiéndose sin cuidar los bordes
mientras tanto
la luna dice que hubo demasiados cambios en ángulos insanos
así las cosas
hubiera ido a dormir en camisa
haciendo como que filmaba una película yanqui pero no pude
no conozco nada de cine ni de hombres que te prestan la camisa
sé de la perduración de los perfumes y el dolor como huella
marcando una arruga en la arena
por donde caminar resulta complicado
porque anuda al rulo de la muerte
y desmadra
las tardes donde una siesta nos quita del mundo o nos hace llorar
viernes, 15 de agosto de 2014
sábado, 12 de julio de 2014
Me ronda
da vueltas
una canción donde las hadas encadenan, da vueltas
me ronda una música de trinos que se ahogan
después me ronda un silencio
me ronda una cuerda
una vibración de alas que motoriza el aire y me despeina
me ronda el despeinarse
un desabrochar el corpiño y echarse a la tierra con la fuerza del caído
un abandonarse y dejar ir olas de la melodía y de su cárcel
me ronda la ausencia y sus compases
me ronda la síncopa y los contratiempos
me ronda una lúbrica cantinela de murmullos amorosos
una melodía de atar cabos y largar las cintas
un cantar con begonias de lazos azulados
y la mirada impune del que duele en su dolor durmiendo una siesta catastrófica
rondada que estoy
las notas de un acorde se acomodan al alarde
se abre mi brazo hacia la calle
la mano tocando ala risueña y una piedra
en el pecho
que grita “aquí hay algo por decirse”
jueves, 10 de julio de 2014
Emilio Mitre siempre trabaja
milagro el sueño
tu torrente engarza sus uñas al cordón
no canta
desde el ombligo
mi cintura corona la embriaguez del desorden
milagro al dormir
un cuento de almohada que se cae
un edredón
el canto de la sirena deambula y toda la maquinaria
del diablo
confunde mi sueño con su alegría
milagro el dormir
Emilio Mitre siempre tiene trabajo
siempre hay un motor dispuesto a electrizar mi sedación
y me ahorca
irrita
deja de mi piel un gusto a reptil enardecido
y no me deja el descanso
estoy cansada
necesito mi cuello sobre molde inconsciente
para darme un respiro o un hipo de silencio
a la acidez de mis muslos
domingo, 6 de julio de 2014
Lluvia y embarre y asfalto
Si, de la lluvia solo queda el olor
del olor solo la expresión de sus devaneos.
En la soledad de la calle
cuando la luz del cartel ilumina al bies, yo camino lejos,
sin ver
diciéndome que dentro de tres meses, tres años o tres lustros
daré con la tranquilidad de mis gestos y la lluvia me mojará apenas
o no me mojará
y será lo mismo.
En la soledad de mi calle lo que fue un adoquinado
ahora es un asfalto de rastrillos donde tropiezo.
Pienso que mañana o dentro de un tiempo
no me caeré. No resbalaré por la honda canción de los feos
y adobaré de sonrisas la comisura de mis broncas
para parecer menos árbol desterrado o menos río de embarre.
lunes, 26 de mayo de 2014
El horóscopo de la semana
Leo el horóscopo de la semana
duele saber que me auguran desgracias y ahogos,
amargos desarrollos en forma de lluvia calumniosa y
un arrebato de molestias en el dorso de la cumbia.
Me dice que en el pie izquierdo
y en mi grupo de trabajo radica el desequilibrio de mis astros,
que iré engañada a reuniones de brujas minuciosas
y que, en mi destruida presencia,
dictarán una sentencia donde seré condenada a sufrir
jefaturas estelares lacerantes.
Leí dos horóscopos distintos y dicen lo mismo, o sea,
es verdad. Lloro.
miércoles, 23 de abril de 2014
mi huida
si era viernes o era enero, da lo mismo
si el pasado se pasaba de listo y crujía en mis arterias
-otro tema-
si la comida o la sonrisa
o la extraña mirada igual a la de hace más de treinta años…
si ya no fumamos
si ya no comemos con sal
todas las melodías que oímos solos
los hijos que tuvimos
los artículos escritos por veinte años
el haberte leído con apasionamiento y encontrarte
si era en rosario y josé maría moreno
o en chiclana y caseros…
cosas de un reducto en constitución
y preguntas que no hice como “¿qué tal te fue en el amor?”
que aún teniéndola a flor de codo
se abolló cuando me apoyé en la mesa
y no soporté la caminata
ni mi figura sin belleza ni futuro
ni mis ademanes de mujercita a los sesenta
¡un desastre!
y mil perdones
la muchacha que fui está tan debajo de mí que a veces
me asusta
por eso me fui
y no es que no quiera encontrarte
es solo que me cuesta y no sé cómo hacerlo
ignorante como nueva
y refunfuñante como vieja beata
quedé atada a los miedos y no volé
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