ella traía
un rouge en la cartera, apenas lo usaba
tenía –entre
los dedos- la memoria de miles de kilómetros de escoba
y sabía que
lo que había barrido se amontonaba en algún lugar desconocido que, de todos
modos, volvería
usaba una
pollera levemente gastada y mostraba ternura cuando estaba segura de que no
sería arrastrada por los brazos del poder
no recuerda
haber brillado nunca
ni siquiera
en brazos de su madre…
es verdad
que arrastra un dolor pero es un dolor tan leve que es difícil de asir, evitar
o disolver