Nublada la puerta de la noche.
Silencio que cruza la boca del estómago.
Allí se circula el dolor o el vacío y
a dónde ir
si la serpiente -enredada en años-
grita su encierro y no se escupe.
A dónde ir cuando el mar es tan ajeno
y la noche o la nube
se confabularon para dejarnos desnudas en la mudez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario