La ventana se abre al viento
es en mi barrio.
Una ola de lluvia se destraba y deja
tal vez por orfandad
un perfume que alucina.
Si la noche se impone
si nos deja a merced del verano
si las gatas apenas trinan sus presas
estamos en medio de la vida.
Y la vida viene sin adjetivos, o mejor,
sin predicado.
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