...su cuerpo responde concienzudamente. Habrá que detenerse a escuchar y reubicarse.
Nada le gustaría más que entender este pasaje donde el infinito aparece acantilado / mostrando sus dientes.
De dónde le saldrá / saltamontes / para evitar el naufragio —esa vergüenza del morirse—
y él pueda, vela y todo, ser timonel / ola / de su estirpe, su mudanza.
Tal vez ya lo sepa y no pueda confesarlo / niebla / berrinche y nudo que se disolverán como el primer destete de su hijo, mansamente.
Impresionante. Así, como suena: adulonamente impresionante.
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