lunes, 31 de diciembre de 2018

El hombre aquel






una nube ha calculado mal su viaje
se cruza en mi camino
arrastra un peso de libélulas
da sed en el rincón de donde nace
y narra
una historia donde el hombre aquel me tiene prisionera

pasan los años y algunas cosas se revelan
el agua sigue fluyendo
y en la cocina se cocina
y en el baño se baña
los esmaltes el perfume y los ruleros
cuentan
una nota donde el hombre aquel todavía se me instala

la calle sigue haciéndonos caminar
la tecla cruje su silencio
el diariero se acerca con la revista del día
y el bar nos recibe con un aire banal televisivo
donde
un locutor dice que el hombre aquel todavía me ata

y así
de este modo
el movimiento de mis párpados
busca entre los pliegues de mi cuerpo al hombre aquel
que tanto me ha soltado

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