sábado, 3 de marzo de 2018

el vikingo




moldeaba el vaso como para elixires de primer orden
acariciaba como un vikingo
y se reía de cara a la ventana como en un barco

nada lo hacía retroceder –solo su madre-
y mientras tomaba el tren para su yugo
daba tres palmadas al aire como diciendo: el día es nuestro

se había dejado crecer las patillas
fumó una tarde cuando tuvo sed y cosquillas
amasó un pan con sabor a torta frita y esperó la lluvia

nos acurrucamos
eso fue todo








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