martes, 30 de noviembre de 2010

Imposible la noche

La noche parece imposible.
Un gorrión se invisibiliza y pierde el rumbo.
No hay esplendor de esta luna donde solo ganan los alquimistas.
Envalentonados, con un gesto ruin, aluden a nuestros escrúpulos como manchas.
Los caminos, obturados, quedan a merced de esos salteadores.
La noche que parece imposible, lo es.
Nosotros, cabizbajos, dejamos que la vida esté en manos de su concupiscencia.

Hundiendo

Tan lejos la palabra o la noche
yo tenía una voz
una calcomanía socarrona
y una multa
que abonaba cada vez que perdía el camino.
En mi sorpresa la carcajada se reía a mis espaldas
y allí iba yo
a buscar la alegría fugaz del chiste
hundiendo para siempre el abanico y la sobriedad.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Discurriendo

La estrella ha perdido sus puntas, la mano irrumpe, hacer callar es su misión colateral triunfante y se da por  muerta toda revelación.
Es en esta mañana
es en este tiempo
yendo por estos caminos que la repetición hambrea los sueños.
Todo es pesadilla, monumento al esfuerzo inútil y parasol en Londres.
Uno ya no está vivo, discurre, se solaza en el tabaco o manoteando porciones del vacío para edulcorarlo de dignidad.

Somos sinuosos, estrategas en postergaciones, especialistas en retiradas.
Somos pasto para nuestras fieras y manto de olvido y telaraña.
Con los goznes oxidados nos dedicamos al insulto y en esas verbenas damos paso a las ratas para que roan los restos de nuestros encajes.
Y la mañana sigue.
Parece que todo el mundo sabe a dónde va.

Cuando cae mi vino

Cae mi vino
inaugura mi garganta
y mis ojos
                mis locos ojos
repiten el arco de sus piernas
traen, nuevamente,
la memoria de mi sueño
o la molécula de contacto donde él me ha tocado alguna vez como al descuido

y mi cuerpo
repite el deseo igual a la última vez cuando todavía era bella
o lo podría haber sido
porque en ese ayer
todavía era tiempo de contar con la ayuda de los dioses.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Solísimo

La noche se le recostó en la espalda.
Sabía que ese no era su destino.
Una luz venida del deseo le iluminó el vacío.
Lloró sin llorar.
Iba dolido. 

La luna conlleva

la luna conlleva
se arrastra intrascendente y deja una ola de sus vidas
para que la veamos

es en esa revelación
o la noche
donde se oxida el trazo del insomnio
y es ahí también donde nacen los rebeldes
la electricidad encendida en los cuerpos
para que no pastemos de lleno
como vacas en descanso

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Acá la sombra

Acá
la sombra de un falso profeta que se me parece, se junta con mi sed y no da paso al vino.

quiero tomar del alga de los canguros y anidar en el árbol de espejo que mi alma no perdona.

estoy abandonada a mi suerte y mi suerte no es nada
ahogo de la primera insanía
vértigo del último amor en contubernio
y soliloquio del demente en camino a la alhambra
ni don Federico puede ayudarme en esta muerte
el ataúd se ata a mi cuello de culebra y no tengo escape
¿acampa el cáncer?
morirá el médico a la vera de mi cadáver.