miércoles, 23 de abril de 2014

mi huida

si era viernes o era enero, da lo mismo
si el pasado se pasaba de listo y crujía en mis arterias
-otro tema-
si la comida o la sonrisa
o la extraña mirada igual a la de hace más de treinta años…
si ya no fumamos
si ya no comemos con sal
todas las melodías que oímos solos
los hijos que tuvimos
los artículos escritos por veinte años
el haberte leído con apasionamiento y encontrarte

si era en rosario y josé maría moreno
o en chiclana y caseros…
cosas de un reducto en constitución
y preguntas que no hice como “¿qué tal te fue en el amor?”
que aún teniéndola a flor de codo
se abolló cuando me apoyé en la mesa

y no soporté la caminata
ni mi figura sin belleza ni futuro
ni mis ademanes de mujercita a los sesenta
¡un desastre!
y mil perdones
la muchacha que fui está tan debajo de mí que a veces
me asusta

por eso me fui
y no es que no quiera encontrarte
es solo que me cuesta y no sé cómo hacerlo
ignorante como nueva
y refunfuñante como vieja beata
quedé atada a los miedos y no volé